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sábado, 11 de mayo de 2013

BLANQUEO DOLARIZANTE Y AUMENTO DE LA DEUDA PÚBLICA


  El Poder Ejecutivo nacional remitió al Congreso de la Nación el proyecto  por el cual propone establecer el marco legal para un amplio blanqueo de capitales.
Se plantea este instrumento con el objeto de que las tenencias de moneda extranjera –en el país o en exterior- no declaradas se incorporen al circuito legal y también al proceso productivo en determinados sectores de actividad.
  La norma que contiene 22 artículos plantea que pueden adherirse al régimen todas las personas jurídicas o físicas con tenencia de moneda extranjera no declarada en el país o en el extranjero, excluyendo de tal posibilidad a los sujetos imputados o querellados por lavado de dinero, trata de personas, narcotráfico o financiamiento del terrorismo, quebrados o funcionarios públicos y sus familiares.
  El proyecto no persigue un objetivo recaudatorio, razón por la cual establece un costo tributario nulo como principal atractivo, a diferencia de lo ocurrido en 2009 cuando se establecía un impuesto especial cuya alícuota oscilaba entre 1 % y 8 %.
  Esto implica que los fondos quedarán eximidos del pago de todo tipo de impuestos atrasados –ganancias, bienes personales, ganancia mínima presunta e inclusive débitos y créditos bancarios-, así como también de sanciones y de la aplicación de la normativa penal tributaria y cambiaria.
  Desde el punto de vista operativo, el sujeto alcanzado deberá depositar los fondos a declarar en una entidad bancaria o instituciones del mercado de capitales local, según corresponda, dentro del plazo de 90 días contados desde la promulgación de la ley.
Como contrapartida y para canalizar dichos fondos, el gobierno ha propuesto la creación de los siguientes instrumentos financieros:
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 *  Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (BAADE) y el Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico. Ambos instrumentos estarán nominados en dólares y las condiciones de emisión se conocerán al momento de ésta. Los fondos provenientes de esta operatoria se destinarán exclusivamente a financiar proyectos de inversión pública en sectores como infraestructura e hidrocarburos.
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   *   Certificado de Depósito Para la Inversión Inmobiliaria (CEDIN) nominado también en dólares y que serán utilizados como medio cancelatorio para el pago de obligaciones en dicha moneda, pudiendo utilizarse para la compraventa de terrenos, galpones, locales, oficinas, cocheras, lotes y viviendas ya construidas y/o a la construcción de nuevas unidades y/o refacción de inmuebles, pretendiendo de este modo reactivar el mercado inmobiliario y de la construcción.

  El proyecto luce fuertemente inequitativo con relación a los contribuyentes que tienen sus impuestos al día, y aún con aquellos que encontrándose en mora deben recurrir a un mecanismo más gravoso para regularizar su situación. Desde este punto de vista la propuesta es un duro golpe a la conducta tributaria.
  El objetivo principal de la iniciativa es recomponer las reservas a través de la repatriación de una parte mínima de la abrumadora fuga de capitales que a lo largo de muchos años generó la economía argentina y que según los datos del Balance de Pagos ascendía a U$S 160.000 millones a fines de 2012, como así también de los U$S 40.000 millones que los residentes argentinos guardan “debajo del colchón”.
  Ocurre que el flujo de divisas que tiene nuestro país en la actualidad proviene sólo del canal comercial y desde hace un tiempo –cepo cambiario mediante- resulta insuficiente para atender la demanda de dólares para importaciones, el pago de la deuda externa y eventualmente financiar infraestructura. En la lógica del gobierno, la canalización de estos recursos a los sectores energéticos, inmobiliario y construcción permitiría acicatear la inversión –en caída libre desde hace más de un año- y mejorar el nivel de actividad, pidiendo prestado a quienes fugaron dólares –la expectativa del gobierno es el ingreso de U$S 4000 millones -, aumentando transitoriamente las reservas, aunque en un futuro no muy lejano habrá que cancelar la deuda pública generada por este mecanismo.
  El blanqueo pulveriza el mito de la pesificación y da inicio a una nueva etapa de “endeudamiento” –en este caso, en el mercado informal-, porque aunque no se repare mucho en este punto, la operatoria incrementará la deuda pública en un monto equivalente a los fondos blanqueados.
  En síntesis, y como conclusión preliminar el blanqueo no resuelve el problema de fondo que es la sangría sistemática de nuestras reservas.

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